30. LA RUTA DE LOS ATREVIDOS

Milena carolina Gómez Pérez

Yo era Luis uno de los manejadores de buseta más amable que podía haber en Bogotá mi mejor amigo era mi bus me gustaba trasladar a las personas de un lado de la cuidad a diferentes partes pero había un problema que no entendía cual era porque ya no se me subían pasajeros era muy solo mi bus pero no me cavia en la cabeza por que era.
Un día me di cuenta de que siempre habían tres muchachos que se subían al bus a mí se me hacía muy raro que siempre eran los mismos muchachos un día no se subieron esos muchachos y el bus se me lleno de pasajeros se me hizo muy raro hasta que dije tendré que ponerle cuidado a estos extraños pasajeros que son los que me espantan a la demás gente. al día siguiente se subieron aquellos muchachos y me dije tendré que ponerle cuidado haber si estos son los que me están espantan a mi gente linda se subieron dos muchachas llegadas al barrio se subieron sin conocimiento cuando de repente aquellos muchachos empezaron a decirles piropos muy desagradables estas muchachas enojadas le decían no sean groseros cuando aquellas muchachas se Iván a bajar del bus estos chicos le cogieron la cola a estas muchachas ellas se rebotaron y se devolvieron y le pegaron una cachetada a cada uno de estos muchachos ellas enojadas le dijeron al conductor usted es su cómplice pero nunca nos volveremos a subir el conductor no les decía nada de la vergüenza el se canso de que lo maltrataran y dijo que pena señoritas no tengo necesidad de que otras personas las cojan el muy enojado salió de su cabina diciéndoles groserías a estos muchachos que eran unos desalmados que por si no se habían dado cuenta ese trabajo era el sustento para el y para su familia los muchachos apenados le pidieron disculpas al conductor y a aquellas muchachas estas muchachas se bajaron y siguieron su camino aquellos muchachos dijeron que pena señor no sabemos cómo pagarle todo ese daño que le hemos echo y el conductor dijo si a mí se me ocurre una muy buena idea ya que son 3 uno me va ayudar en mis rutas gritando para donde amos el otro me ayudara a cobrar y el otro siempre se disculpara con los pasajeros y al final de la ruta todos juntos lavaremos al bus y aquellos muchachos estuvieron de acuerdo . Fueron pasando las semanas meses y me le iba muy bien y aquellos muchachos eran felices ayudándome.